jueves, 20 de marzo de 2008

Proyecciones diédricas

Un punto del espacio se representa a través de sus dos proyecciones ortogonales sobre los planos de proyección.

De la desidia resurgirá un lugar soñado, un sueño inventado, un momento difuso vivido pero desintegrado con el humo de los tiempos. El instante se detiene, se sueña, se intenta capturar una esencia conocida pero que extrañamente se ha volatilizado entre penumbras conocidas, desconocidas y olvidadas. Ante cualquier imprevisto quedarán las gotas de lluvia, el mar, el horizonte. Lunas llenas que hace mucho reflejaban un mezcla de rojos y negros, una sensación desconocida... pero eso fué hace mucho tiempo. Un tiempo prestado. Todo el tiempo es prestado desde la persepectiva de la luminosidad. Todo tiempo es extrañado desde el cristal del presente. ¿"Acaso no todo tiempo futuro será mucho mejor"?. No se puede pedir que el peso de la importancia subjetiva y personal equilibre todas las balanzas del mundo. No todas las balanzas se equilibran igual. No todas las importancias pesan lo mismo. Tal vez quisieran estar en otro lugar, tal vez en este proyectan lo que no existe, lo que existió.
Entre recovecos mentales y circunstaciales hay vértices de la vida en los que confluyen energías similares, el interés generalizado de la humanidad de encajar en moldes que no se sabe quien ni como construyó lleva muchas veces a crear nuevos vértices y dibujar figuras que encajen en alguna parte. Líneas curvas y sinuosas que no encajan, que fluyen, que se deslizan por la existencia sin preocupación y sin interés de encajar o de buscar. Escapan. En dos dimensiones, en el mismo plano. Solo puntos que se proyectan que pueden pertenecer o no a la misma recta porque dos rectas pueden solo cruzarse sin cortarse.

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